Cofradía de Nuestra Señora de la Fuensanta y Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de Paz y Esperanza
Desde el pasado 22 de mayo de 1999 el patrimonio cultural y artístico del pueblo de Espejo se ha visto aumentado con una nueva imagen pasionista, que ha venido a enaltecer aún más la Semana Santa de este pueblo. Se trata de la soberbia imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo, creada por el novel escultor José Mª Serrano Carriel, de la vecina barriada cordobesa de Santa Cruz.
Esta imagen es Procesionada por las calles de Espejo el Miércoles Santo, por la Cofradía de Nuestra Señora de la Fuensanta y Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima de Paz y Esperanza.
Miércoles Santo. Sale de nuevo Jesús Cautivo. Que alegría y que pena. Sola se queda Ella, esperando pacientemente a que sus hermanos la llevemos tras su hijo para compartir su dolor y mitigar un poco su sufrimiento. Se queda llorando al ver alejarse a su propia sangre, al hijo que antes tuvo en sus brazos, cuando era un niño (tan sólo hay que desviar la vista un poco en su capilla para recordar este momento). Cinco lágrimas manchan tus mejillas: Amargura, Dolores, Soledad pero sobre todo Paz y Esperanza escritas con letras de oro sobre tu corazón. ¡Llora madre, que esa pena que tú tienes es también mía!, ¡llora, madre! que de nada vale el oro o la plata, las sedas o las blondas, tan sólo pueden enjugar tu llanto. Llora Madre que tu pena algún día sólo será mía.
Qué diferente sería todo. Qué diferente sería si fueras tras Él. Sí tú pudieras comprobar cómo lo tratamos sus hermanos, cómo lo acompañamos en su pasear hacia ese simulacro de juicio. Seguro que el respeto, el orden, el silencio, la devoción y la fe mitigarían un mínimo tu dolor. Y ya sabes Madre que ese mismo respeto, ese mismo orden, ese mismo silencio, esa misma devoción y esa misma fe serán lo que tendrás el día que puedas acompañarlo.
Y es que tan sólo nos resta pedir eso, que la madre del Cautivo no se quede tras una reja. Si pudieras ver su salida, su túnica de palta y oro iluminada por el radiante sol, cómo lo despide el ocaso, cómo los últimos rayos de sol del Miércoles Santo lo acarician como si fueran tus manos y luego cómo la luna ilumina su apenado rostro. Qué madre puede aguantar el sufrimiento de estar encerrada cuando su hijo va a morir, sin poder siquiera despedirlo. Pero lo ves ¿verdad?, tus ojos son primero el sol y luego la luna, testigos de su sufrir y de nuestro amor. Por eso reluce tanto el sol y la luna el Miércoles Santo, por eso no hay velo que los cubra, por eso no hay manto que los tape, ¡por que son los ojos de la madre del Cautivo! No hay rejas ni muros que puedan encerrar el amor de una madre.
Se trata de la soberbia imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo, creada por el novel escultor José Mª Serrano Carriel, de la vecina barriada cordobesa de Santa Cruz.
Se trata de una imagen de Jesús Preso, concretamente bajo la advocación de Nuestro Padre Jesús Cautivo. Representa a Cristo en el momento que es apresado en el Huerto de los Olivos -en el Huerto de Getsemaní- tras haber sido entregado por uno de los doce y abandonado por todos ellos.
Es una imagen que está realizada íntegramente en madera de cedro, de 1’84 m de altura más 10 cm de peana, con lo que la altura total de la talla roza los 2 metros. Destaca por su perfecta anatomía, por el equilibrio en las proporciones, por la suavidad en las formas y los movimientos y por su porte majestuoso.
En su realización se han combinado las técnicas más novedosas y las tradiciones más arraigadas en la realización de imágenes pasionistas.