Conocido como el Barítono de la voz de oro, Aguilar ha sido – según su biógrafo Julio Sánchez Luque- uno de los divos más relevantes de la zarzuela española contemporánea, habiendo pisado los más famosos coliseos tanto en España como en toda Hispanoamérica. También actuó junto a Marcos Redondo en Lisboa, donde Aguilar era conocido por el Titta Rufo español.

El Ayuntamiento espejeño exaltó su figura nombrándole Hijo Predilecto en el año 1942 y rotulando una calle con su nombre.

También la Diputación Provincial de Córdoba reconoció su labor artística al considerarlo en 1945 “como uno de los hijos más distinguidos de la provincia”. Su labor artística fue también objeto de reconocimiento público por parte de la Real Academia de Córdoba, en su sesión extraordinaria celebrada el 22 de diciembre de 1977, así como a través de un multitudinario homenaje nacional tributado el 19 de octubre de 1979, en el Gran Teatro de Córdoba. Finalmente, con motivo de la I Semana Lírica Cordobesa, en septiembre de 1986, se le rindió un caluroso homenaje póstumo – junto al pozoalbense Marcos Redondo- de nuevo en el Gran Teatro cordobés.

Con su muerte, ocurrida en el año 1985, desaparecía uno de los divos más relevantes de la zarzuela española.