A comienzos del siglo XIX, Espejo era todavía una villa de señorío que poseía el Duque de Medinaceli.
Espejo. Historia. Espejo hoy, calle San Sebastián. Se trataba de un señorío tanto jurisdiccional como territorial, cuyo mayor hacendado, con gran diferencia, era el propio Duque, dueño de las tres cuartas partes de sus tierras de cultivo cuyas rentas superaban los 350.000 reales.
El resto de estas tierras se repartía entre la baja nobleza local, la Iglesia, dueña del 6% de las mismas, y el Concejo, con el 3%, lo que equivalía a unas 240 fanegas, cuyas rentas eran destinadas, entre otros servicios públicos, al mantenimiento del médico y el cirujano, esto es, los “físicos”, como con frecuencia aparecen así denominados en la documentación.
Espejo. Historia. Espejo hoy, mirador. De otra parte y salvo un sector de pequeños propietarios, la mayoría de la población espejeña, que por entonces sobrepasada los 5.000 habitantes, eran jornaleros sin tierra; gentes que dependían exclusivamente de la oferta de la mano de obra en los cortijos, con las consecuencias que de ello se derivan.
Entre otras y la más relevante era el paro estacional durante el cual muchas personas pasaban hambre y se veían obligadas a mendigar.
Movimientos Anarquistas Un segmento social que en determinados momentos, como con ocasión de la epidemia de fiebre amarilla, en 1804, resultaba golpeado de manera brutal.
El proceso desamortizador que se inicia en la primera mitad de esta centuria, no afecta, o afecta muy poco, a la villa de Espejo, perpetuándose la propiedad de la tierra en manos de la nobleza local.
No es de extrañar, por consiguiente, el florecimiento de las organizaciones obreras, de obediencia anarquista, desde el último cuarto de dicha centuria, convirtiéndose Espejo en unos de los focos más dinámicos del movimiento campesino campiñés.
Espejo. Historia. Guerra Civil, Durruti, líder anarquista. En la II República, como señala el profesor Barragán Moriana, se acentúa la conflictividad social, por lo que la hegemonía política y sindical recae en manos de anarquistas y comunistas, que se materializa en importantes éxitos electorales. La Guerra Civil, por su parte, se deja sentir con gran violencia en esta población, que el denominado ejército nacional halla prácticamente desierta cuando entra en Espejo el 25 de septiembre de 1936.
Espejo hoy, Feria de Muestras. En 1947, tras el desastre de tan luctuosa contienda, se lleva a cabo un proceso de expropiación forzosa, parcelación y reparto de tierras que viene a introducir una dinámica nueva en la distribución de la propiedad agraria y de cuyos resultados hoy se benefician gran parte de la población campesina espejeña.
(Miguel Ventura Gracia)