Entre 1733 y 1835, los carmelitas descalzos disfrutaron en Espejo de una casa conventual con una iglesia aneja al mismo, bajo la advocación de Santa Teresa.
La desamortización eclesiástica de Mendizábal puso punto final a la existencia de esta fundación, cuyos miembros se distinguieron por haber tenido una presencia activa a lo largo de una centuria en el ámbito religioso local. Actualmente, la antigua iglesia conventual alberga la imagen pasionista del Santísimo Cristo del Amor.
Miguel Ventura Gracia